
Es una estrategia de apoyo destinada a fomentar la permanencia de los estudiantes en el sistema escolar, favoreciendo así la igualdad de oportunidades. Busca generar entornos protectores para quienes forman parte del programa, brindando respaldo en diversas dimensiones de su desarrollo escolar y personal.
Su principal objetivo es brindar herramientas psicosociales a estudiantes en riesgo de deserción escolar, incluyendo aquellos en situación de vulnerabilidad, embarazo o paternidad/maternidad, a través de una intervención integral que fortalece sus factores protectores.
La intervención está a cargo de un equipo multidisciplinario conformado por profesionales del área pedagógica, asistentes sociales y psicólogos. Se realizan acciones individuales y grupales, enfocadas en la prevención y promoción del bienestar estudiantil.